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jueves, 20 de julio de 2017

Comparte. La dieta amucosa, la única solución, para salvarse y cambiar matrix. I Parte.

TERAPIA GERSON que va en parecido camino que la dieta amucosa para sanarse, aunque no lo solucionan totalmente porque luego pican otra vez alimentos mucosos.http://www.ivoox.com/terapia-gerson-audios-mp3_rf_2673445_1.html

La OMS declara cancerígena la carne procesada

DIETA TRANSITIVORA HASTA CONSEGUIR DIETA AMUCOSA Sin canas, ni calvicie, sin regla, y sin enfermedades, qué habrá de cierto? Quién tendrá valor para meterse en tantas prohibiciones a la alimentación de hoy en día?
Este email pasará supongo inadvertido, pero si alguien consiguiese dichos resultados "extraordinarios" porque tú lo remandaste y lo lograses ver en él, podría ser que creyeses, y que lo intentases. Matrix no puede cambiar si el ser humano sigue emperrado en hacerlo desde fuera, cambiará cuando cambiamos desde dentro, haciendo lo adecuado para el plan del Creador-Conciencia. No es que se pueda ser un ser humano, es aún más triste, lo eres ya en potencial, pero como estás atascado en bazofia de restos de comida y moco en tu interior por comer lo que no debes, pues ni si quiera lo supones y evidentemente ni se te pasa por la cabeza cambiar de dieta y depurarte.
AYUNO RACIONAL PARA REJUVENECER, SANAR, VITALIZARSE, ESPIRITUALIZARSE Y SER FELIZ.https://www.youtube.com/watch?v=EBKTp3kv5yY
Comparando dietas en el primer vídeo. https://www.youtube.com/watch?v=s5t0gChLfbg
https://www.youtube.com/watch?v=T5f3csd6WfY Tomarlo en ayunas y a 35 grados de temperatura en vaso de agua, tras limpiezas y tal vez lavativas con café, creo que sería mejor.. http://www.supersmart.com/article.pl?id=0494&fromid=WESNB1510PF2&lang=es&utm_source=Email&utm_medium=tener-salud-editorial&utm_content=link-texto&utm_campaign=201510-N-probioforte Así que es muy importante tomar los probióticos cuando el estómago está vacío o, dicho de otra manera, al levantarse por la mañana. En ese momento, el nivel de pH del estómago es prácticamente neutro. Pero aún más importante: en esos momentos se encuentra abierta la puerta que cierra el estómago (el píloro), que es el que impide que la comida pase al intestino antes de ser digerida.
La forma perfecta de tomar probióticos es diluyendo el producto en polvo en un vaso de agua templada a unos 35ºC (para reavivar las bacterias, sin matarlas por el agua muy fría o muy caliente), y después beber el contenido, que directamente pasará al intestino a través del píloro, que está abierto. Los probióticos se mantendrán sanos y salvos. Después podrán viajar tranquilamente por todo el intestino delgado para llegar a su destino, el colon, o podrán dejar su equipaje, instalarse…y tener muchos hijos.
Como curiosidad, ahora ya entenderá por qué en India, donde se toma un tipo especial de leche fermentada denominada lassi, muy rica en probióticos, ésta siempre se bebe antes de las comidas.
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Hace ya un tiempo escribí un texto dándole las pautas para ayudarle a elegir un buen probiótico, un tipo de complemento alimenticio esencial para limpiar a fondo el intestino, cuyo desequilibrio es el origen de innumerables molestias y enfermedades (estreñimiento crónico, hinchazón, diarreas, inflamaciones diversas, eczema, humor inestable o enfermedades más graves, como colopatía funcional, diarrea sangrante o cáncer de colon).
Ciertamente hay muchos probióticos en el mercado. Y está claro que no es oro todo lo que reluce. Los probióticos son de ese tipo de productos en los que es imprescindible elegir bien lo que se compra. Porque hay productos realmente excepcionales… y otros sencillamente inútiles.
Por eso me extendí tanto dando detalles sobre la forma de presentación, el tipo de cepas que debía contener, la cantidad de bacterias mínima imprescindible… para facilitarle al máximo el poder adquirir un producto de calidad.
Sin embargo, ¡parece que no fue suficiente! Aún hoy -y han pasado ya meses desde que escribí aquel texto- siguen llegándome numerosos mensajes pidiéndome que dé más pistas. Como éstos:
Lo que pone en relieve en su artículo es muy cierto. Sin embargo es muy dificultoso encontrar, por lo menos en España, productos probióticos que reúnan las condiciones que menciona. La cantidad de farmacias y de dietéticas que he visitado buscando “al probiótico ideal” es innumerable. Los vendedores te cuentan las mil y una sin entender de lo que están hablando o sencillamente para venderte el producto que tienen en el escaparate. Hay a la venta en España el producto que menciona? Yo no lo he encontrado. Si me pueden dar pistas se lo agradeceré un montón. Saludos y enhorabuena por sus aportaciones.” kala
Muchísimas gracias por todos los artículos que mandan, sus referencias son las que necesitamos los consumidores, que con los tiempos que corren cada vez es mas difícil saber lo que te metes en elcuerpo. Quizás sea demasiado, pero saben de algún producto que cumpla con todas las condiciones que están indicando?” Purificación
A continuación encontrará el texto en el que explicaba todas las pautas para poder elegir un buen probiótico. Si no lo leyó, le invito a hacerlo ahora y, al final, encontrará la indicación precisa de un producto concreto de mi absoluta confianza. Pero si ya lo ha leído y no quiere seguir con la intriga, en este enlace puede ver ya cuál es el que yo considero que es el mejor probiótico disponible (de hecho, esel que yo tomo) y cómo conseguirlo.

Una bomba en sus intestinos

El equivocado estilo de vida de varias generaciones ha culminado en una terrible intoxicación de nuestro organismo. Los tres factores principales que han provocado esta situación son:
  1. El estrés y la falta de ejercicio físico.
  2. El aumento de contaminantes, empezando por los metales pesados presentes en el aire, en elagua y en los alimentos que consumimos.
  3. Una alimentación que nuestros intestinos no toleran bien y que conlleva la inflamación del tubo digestivo y la porosidad intestinal, fuente de innumerables males.
Pero el cuerpo no se queda de brazos cruzados. Al contrario, ¡no deja de enviarnos señales de que se encuentra en peligro! Diarrea, estreñimiento, dolores abdominales, hinchazón, flatulencias, mal aliento, dolor de cabeza, insomnio y cambios de humor son, entre otras alertas, su manera de gritarnos ¡SOCORRO!
Así lo había entendido ya el médico griego Hipócrates hace 2.500 años, y los últimos estudios en nutrición no hacen sino confirmarlo una y otra vez: sólo podremos gozar de buena salud si nuestro aparato digestivo funciona correctamente.
“Con toda seguridad”, decía Hipócrates, “el origen de las enfermedades no se debe buscar más allá de las ventosidades y gases intestinales, tanto por exceso como por defecto, o cuando penetran en el cuerpo en gran cantidad o cargados de olor pestilente”.
Quédese con la última frase, pues es importantísima. Cuando Hipócrates dice “los gases penetran en elcuerpo” quiere decir que el intestino no es una barrera impermeable. Todo lo contrario. Cuando se produce una fermentación insalubre de la comida, una gran cantidad de toxinas penetra en la sangre y después enel resto del organismo, donde pueden llegar a acumularse y provocar importantes daños.
Una prueba clara de este desorden es que una mala digestión, que conlleva malos olores en el intestino, suele provocar mal aliento. Y eso ocurre simplemente porque los gases de mal olor pasan a la sangre y van a parar después a los pulmones.
El problema está en que estos gases también se encuentran en otras partes del organismo, donde llegan a acumularse (por ejemplo en las articulaciones). Es decir, que no se eliminan a través del aliento en su totalidad, ni mucho menos.
Las heces normales prácticamente no huelen
Por ello es importante señalar que unas heces normales prácticamente no huelen. Los gases y las heces con mal olor indican un desajuste.
Para restablecer el equilibrio, elimine de su dieta los alimentos que no tolera. Para ello quizá sea necesario contar con la ayuda de un nutricionista para que haga un diagnóstico, pero debe saber que las intolerancias alimentarias más habituales están relacionadas con los cereales refinados -sobre todo eltrigo rico en gluten- y con los lácteos. Debe eliminarlos de su alimentación durante tres o cuatro semanas y observar qué ocurre.
Al mismo tiempo, será indispensable cuidar su higiene vital realizando más ejercicio físico suave (elesfuerzo físico duro agrava la inflamación), respirando mejor (coherencia cardiaca) y tomándose su tiempo para comer y masticar.
Para restaurar la calidad de la mucosa intestinal debe elegir alimentos antiinflamatorios (frutos secos y pescado rico en omega-3, verduras cocidas, ensaladas, especias dulces…) e infusiones (cálamo, ortiga, milenrama…).
Y finalmente, en la mayoría de los casos será necesario resembrar la flora intestinal con buenos probióticos.
Antes de seguir, quiero dejar clara la diferencia entre probióticos y prebióticos, palabras que con frecuencia se confunden. Los probióticos son microorganismos vivos que viven en nuestro organismo, formando parte de la flora intestinal. Al añadirse como suplemento en la dieta, afectan beneficiosamente al desarrollo de la flora en el intestino. Por el contrario, los prebióticos son sustancias no orgánicas, que nutren y favorecen el desarrollo de los probióticos del sistema digestivo para que puedan desarrollarse.
La flora intestinal: un regalo -o una condena- desde el nacimiento
Mientras usted se encontraba en el vientre de su madre, su tubo digestivo era estéril. Sin embargo, a las 72 horas de nacer ya contenía mil billones de bacterias y levaduras procedentes, en el caso de los niños nacidos por parto natural, de la flora vaginal de la madre. (1)
La flora vaginal depende en gran medida de la flora intestinal, así que las madres con una buena flora intestinal se la transmiten a sus hijos al nacer. Si por el contrario poseen cepas de bacterias y levaduras patógenas (causa de enfermedades), los bebés también las tendrán.
En el caso de los niños nacidos por cesárea, la microflora procede del entorno, es decir, del hospital. Si no se corrige a tiempo, la flora intestinal de origen hospitalario puede tener consecuencias dolorosas para toda la vida.
Posteriormente, la flora intestinal evolucionará según la alimentación, las enfermedades y, por supuesto, se verá afectada por los medicamentos que se tomen (sobre todo antibióticos).
Los alimentos ricos en fibra son buenos para la flora intestinal, así como los alimentos lactofermentados (chucrut, pepinillos, aceitunas…).
En cualquier caso, pueden darse situaciones en las que sea necesario aportar a nuestra flora algunos ingredientes que sirvan para ayudarla a recuperar, en poco tiempo, un equilibrio duradero.
Qué debe contener un buen producto probiótico
Los ingredientes dirigidos a restablecer el equilibrio duradero de la flora intestinal son:
  1. Cepas “probióticas” que se encuentran quizá en cantidad insuficiente (en especial en el caso de los bebés nacidos por cesárea o aquellos cuya madre tenía una flora desequilibrada, y en todos los casos en los que la microflora ha sido alterada por factores endógenos o exógenos). Se han realizado ensayos clínicos en particular con cinco biotipos bacterianos, de los cuales cuatro son bacterias del grupo láctico (Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus paracasei, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium lactis) y una del grupo propiónico (Propionibacterium freudenreichii).
  2. Cofactores metabólicos indispensables para el crecimiento de la microflora probiótica: oligosacáridos prebióticos, vitaminas del grupo B, magnesio y manganeso.
  3. Cofactores fisiológicos destinados a proteger y regenerar los enterocitos que forman la mucosa intestinal: fosfolípidos, lactoferrina, glutamina, inmunoglobulinas procedentes del calostro, carotenoides y vitaminas del grupo B.
Esta combinación de ingredientes activos que actúan en sinergia favorece la regeneración rápida de la microflora intestinal, sobre todo cuando se encuentra fuertemente alterada.
La calidad se paga
Como norma general, la calidad, o lo que se percibe como tal, es cara.
Esta norma se aplica más o menos en todos los sectores, ya sea el inmobiliario, el automovilístico, eltextil, el alimenticio y en la mayoría de las cosas que se pueden comprar.
Pero en ocasiones nos encontramos con una excepción. A veces, esta excepción no es más que una estrategia de marketing para hacernos creer que vamos a recibir más de lo que algo vale. Por ejemplo, un vendedor de coches intentará presentarnos el modelo del que disponen como equivalente al de otra marca mucho más cara diciéndonos que vamos a tener las mismas prestaciones por la mitad de precio. En ese momento podemos llegar a pensar que lo que dice es cierto. Sin embargo, si profundizamos un poco más, descubriremos que el equipamiento de este coche en realidad no es de la misma calidad. Y cuando lo conducimos, las prestaciones no se parecen en nada a las de un vehículo más caro.
No estoy tratando de hacer publicidad de ninguna marca concreta de coches. Sin embargo, me gustaría llamar su atención con respecto al problema de las rebajas y promociones en general, que pueden resultar engañosas. Así que, ante una gran promoción, manténgase especialmente en alerta y compruebe la calidad antes de tirarse a la piscina.
En el complejo mundo de los suplementos alimenticios, es fundamental que conozca las tácticas de los vendedores.
Las argucias de los vendedores
Entre el 1 y el 3 de diciembre tendrá lugar en París una nueva edición de la feria “Food Ingredients Europe”. Esta feria, que se celebra cada dos años y va rotando su celebración entre las ciudades de París, Londres y Frankfurt, es el gran punto de encuentro de la industria de los ingredientes alimentarios. Mientras que hace 15 años apenas asistían un par de decenas de expositores, hoy en día este salón cuenta con varios centenares procedentes de los cinco continentes presentando toda clase de ingredientes naturales extraídos de organismos vegetales y animales. En cada edición, este salón, que se dirige a profesionales de los suplementos alimenticios, propone nuevos ingredientes cada vez más sofisticados y con mejores resultados.
La mayoría de los nuevos ingredientes vienen acompañados por estudios clínicos que demuestran su eficacia para la salud. Y los ingredientes en general cada vez son de mayor calidad.
Pero lo más chocante es que el precio de los ingredientes puede variar muchísimo en productos en apariencia iguales, en función de su origen, pureza y de los estudios científicos de los que haya sido objeto.
Imagínese, por ejemplo, que su médico le recomienda tomar calcio. Entre productos farmacéuticos y suplementos alimenticios encontrará diferentes formas de calcio, pero a precios muy diferentes, según se trate de fosfato de calcio, cloruro de calcio, sulfato, carbonato o hasta citrato, glicerofosfato, gluconato o pidolato de calcio… (estos tres últimos son los mejores para la salud, dicho sea de paso).
Esta confusión con los ingredientes es un auténtico problema, ya que ni usted ni su médico pueden saber qué precio tiene. Y cada uno posee propiedades distintas. No interactúan de la misma manera con elresto de nutrientes que va a consumir. El cuerpo no los asimila igual de bien (es lo que se conoce como “biodisponibilidad”). Además, en el envase el fabricante no indica necesariamente la forma precisa del ingrediente que contiene su producto. Puede limitarse a señalar que se trata de calcio y el número de gramos de calcio por cada cien gramos de sustancia total.
Algunas presentaciones son relativamente caras, otras son baratas y en otros casos un fabricante sin escrúpulos no dudará en venderle el formato de mucho menor precio, haciéndole creer que tiene los mismos efectos que los demás, lo cual no es cierto.
El riesgo que corre el paciente que elige un producto únicamente en función de su precio barato es acabar sacando la conclusión de que estos suplementos alimenticios no funcionan, regresando, decepcionado, a la farmacia química.
El riesgo de las cápsulas y comprimidos de probióticos
Con los probióticos, que se forman a partir de microorganismos vivos, es aún peor.
En 2010 un estudio demostró que la mayor parte de los probióticos que se venden en el mercado no contienen el número suficiente de bacterias vivas como para producir algún efecto.
¿Nos debemos sorprender?
La mayoría de probióticos se venden hoy en día en forma de cápsulas o de comprimidos.
En los comprimidos hay un número extremadamente bajo de bacterias vivas, ya que la presión necesaria para formar el comprimido hace que la temperatura suba por encima de los 50 ºC y mate a una gran parte de ellas. Por tanto, es casi imposible que existan comprimidos de probióticos que ofrezcan buenos resultados.
Algunos fabricantes fingen haber encontrado la solución vendiendo comprimidos de probióticos que de antemano se han protegido con microencapsulación. El problema está en que este tratamiento incrementa de manera desmesurada el volumen de los probióticos. Para ingerir la cantidad necesaria (mil millones como mínimo) tendríamos que tomar cien comprimidos al día.
¿Qué pasa con los probióticos en un medio líquido?
En un medio líquido fermentado (por ejemplo, a base de leche animal o vegetal), las bacterias probióticas no se pueden conservar mucho tiempo. Las diferentes cepas presentes transformarán los azúcares y las proteínas del medio en ácidos orgánicos y agua oxigenada, que las bacterias no podrán soportar a largo plazo.
Por otro lado, es imposible conservar una mezcla de cepas probióticas en equilibrio dentro de un medio líquido, ya que cada una de ellas evoluciona de manera diferente durante la fermentación y la conservación.
Pongamos por caso el yogur clásico. Tan solo contiene dos cepas bacterianas (Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus), ya de por sí muy poco probióticas. Pero es que además, después de su conservación, que se extiende desde el lugar de fabricación hasta casa (varias semanas), la supervivencia de las bacterias y el equilibrio entre cepas se altera fuertemente. Como consecuencia de ello, el producto que usted consume en casa no permite regenerar la flora intestinal, sino únicamente conservar las condiciones de pH beneficiosas para el intestino.
Cómo debe ser un buen probiótico
Para actuar eficazmente sobre la microflora intestinal deben darse varias condiciones:
  • Se necesita un conjunto de cepas bacterianas testadas clínicamente y con caracteres probióticos complementarios (capaces de desarrollarse en la mucosidad y adherirse a la mucosa intestinal, que sean inhibidores de gérmenes oportunistas y patógenos, que estimulen la inmunidad, etc.).
  • Se necesita una población bacteriana elevada. Mil millones de bacterias es el mínimo; por debajo de esta cifra, el efecto es prácticamente nulo. Diez mil millones es lo preferible y garantiza una eficacia elevada cuando la flora intestinal está fuertemente desequilibrada. Porque hay que recordar que, a lo largo de su trayecto por el tracto digestivo, las bacterias soportan inhibiciones (pH gástrico, secreción biliar…) que destruirán a las que sean más débiles.
  • Se necesita agregar un conjunto de ingredientes que permitan a las bacterias probióticas fijarse y desarrollarse rápidamente en el intestino (calcio, magnesio, manganeso, aminoácidos, lactoferrina y fosfolípidos, dotados cada uno de propiedades particulares).
  • El conjunto se debe conservar en forma de polvo liofilizado dentro de sobres estancos, en una atmósfera de nitrógeno, al abrigo de la luz, del oxígeno del aire y de la humedad. Por esta razón los sobres están hechos de tres capas (polietileno, aluminio y polietileno) que garantizan una excelente impermeabilidad evitando el contacto entre las bacterias y el aluminio, que es tóxico. También es posible la presentación en cápsulas pero sólo si éstas son gastrorresistentes.
No malgaste el dinero con los probióticos
Las personas que toman probióticos malgasatan cada año cientos de euros simplemente porque los consumen en el momento equivocado, lo que reduce su eficacia hasta prácticamente cero.
Y es que los probióticos se destruyen en gran medida por la acidez del estómago cerrado, es decir, mientras está produciendo mucho jugo gástrico (rico en ácido clorhídrico) para la digestión de los alimentos.
Así que es muy importante tomar los probióticos cuando el estómago está vacío o, dicho de otra manera, al levantarse por la mañana. En ese momento, el nivel de pH del estómago es prácticamente neutro. Pero aún más importante: en esos momentos se encuentra abierta la puerta que cierra el estómago (el píloro), que es el que impide que la comida pase al intestino antes de ser digerida.
La forma perfecta de tomar probióticos es diluyendo el producto en polvo en un vaso de agua templada a unos 35ºC (para reavivar las bacterias, sin matarlas por el agua muy fría o muy caliente), y después beberel contenido, que directamente pasará al intestino a través del píloro, que está abierto. Los probióticos se mantendrán sanos y salvos. Después podrán viajar tranquilamente por todo el intestino delgado para llegar a su destino, el colon, o podrán dejar su equipaje, instalarse…y tener muchos hijos.
Como curiosidad, ahora ya entenderá por qué en India, donde se toma un tipo especial de leche fermentada denominada lassi, muy rica en probióticos, ésta siempre se bebe antes de las comidas.
La discusión sobre el bifidus
Hoy en día algunas personas desconfían de los probióticos por una campaña llevada a cabo contra los fabricantes de yogures con bifidus. Los investigadores se han dado cuenta, en efecto, de que la flora intestinal de las personas obesas contiene una cantidad anormalmente elevada de bifidobacterias (bifidus activo).
A partir de entonces, en internet están circulando mensajes que afirman que los probióticos se utilizan en las crías de cerdos a nivel industrial con el fin de engordarlos, y que consumirlos entonces tendría elmismo efecto en las personas. Pero como en todas las polémicas, la mitad es verdad y la mitad mentira.
De hecho, las bacterias de tipo “bifidus” son importantes y beneficiosas para los lactantes y los niños muy pequeños. Según algunos estudios, los niños alérgicos a los yogures presentan una flora intestinal menos rica en bifidobacterias que los niños no alérgicos.
Sin embargo, si se consumen yogures con bifidus a diario se corre el riesgo de desequilibrar la flora y favorecer el aumento de peso. Lo mismo ocurre con las leches fermentadas azucaradas, pero en este caso lo que supone un problema es el azúcar añadido que contienen estos productos, ya que los niños que lo toman a menudo corren el riesgo de engordar.
Qué marca elegir
En resumen, estoy convencido de que hace falta buscar un producto que se acerque lo más posible a los criterios que le he comentado antes, es decir:
  • Que conste de al menos cinco cepas bacterianas con rendimientos probióticos contrastados, y cuya concentración se aproxime a los diez mil millones de bacterias por dosis diaria.
  • Que contenga prebióticos (oligosacáridos) y los factores de crecimiento (minerales, oligoelementos, vitaminas y aminoácidos) que van a estimular el desarrollo de bacterias probióticas una vez lleguen al colon.
  • Que suministre sustancias que participen en la regeneración de la mucosa intestinal (fosfolípidos, lactoferrina, inmunoglobulinas procedentes del calostro, glutamina y vitaminas del grupo B).
  • Que se presente en forma de polvo seco, en un sobre estanco en una atmósfera de nitrógeno, con el fin de garantizar una conservación duradera. También es una presentación muy valiosa y cómoda las "DR Caps", un tipo de cápsulas gatrorresistentes, que combinan las ventajas de la presentación en cápsulas con el que sean perfectamente capaces de resistir la acidez del estómago.
  • Y sobre todo, que esté fabricado a partir de los ingredientes más biodisponibles, independientemente de lo que cuesten.
Con la información que acaba de leer, puede acercarse a su establecimiento especializado de confianza y seguro que le podrán recomendar un buen probiótico. Pero si me pregunta cuál es el probiótico más completo de los que conozco, la respuesta es: Probio Forte. Por si fuera de su interés, en este enlace puede encontrar más información e incluso adquirirlo directamente si lo desea.
¡A su salud!
Juan-M Dupuis

El Mito de las Calorías

Dice la nutrición oficial que para tener Energía en el organismo es necesario ingerir alimentos Calóricos, preferentemente provenientes de los Carbohidratos. También se dice que estos alimentos y otros (como Grasas o incluso Proteínas) se queman para ser transformados en azúcares simples para utilizarlos como Energía (Glucólisis, Gluconeogénesis). Dentro de estos alimentos calóricos, además hacen distinción entre varios tipos en función de su eficiencia o rendimiento: azúcares simples, azúcares complejos, almidones, hidratos de carbono (de absorción rápida, lenta, de índice glucémico alto, medio, bajo, o la nueva moda de la carga glucémica).
Sin embargo, en la práctica y cuando uno realiza distintos experimentos en lugar de guiarse por teorías leídas, a cerca del organismo y su energía, suceden resultados que invalidan todas y cada una de estas propuestas nutricionales, veamos cómo.
La Combustión, ese extraño fenómeno
En primer lugar los carbohidratos, las grasas y las proteínas, no se queman. No hay combustión sino reacciones químicas. Es imposible que en una máquina que muere por encima de los 40-42º se combustione nada. Como mucho hay oxidación, putrefacción, fermentación, enranciamiento... reacciones químicas que todavía la ciencia ni si quiera ha llegado a comprender.
Azúcares si, pero azúcares simples
En una cosa aciertan y es en admitir que lo único que reconoce la célula en última instancia son azúcares simples. También llamados azúcar de uva o azúcar de frutas. Cuando algunos radicales de vegetarianismo aseveramos que somos frugívoros y que nuestro alimento ideal son las FRUTAS y HIERBAS (Génesis 1:29) parece una declaración exagerada, ya que nuestra alimentación actual dista mucho de la frugívora. Sin embargo que nuestro organismo y aparato digestivo estén soportando otros alimentos (no biológicos) no significa que se haya adaptado, que los reconozca, que los pueda transformar en azúcares simples, ni que asimile un átomo de ellos. También estamos soportando el consumo de drogas, medicamentos y otros venenos y tampoco significa que nos hayamos adaptado a ellos, siguen siendo tóxicos.
A día de hoy todavía nadie ha demostrado científicamente que nuestro organismo y nuestro aparato digestivo sea capaz de reconocer algo que no sean precisamente, azúcares simples. Sólo justifican mediante distintos mitos nutricionales que etiquetan de "científicos" que todo aquello que comemos que no son azúcares simples (como grasas, almidones y proteínas) se asimilan porque dentro del cuerpo sufren una transformación que los convierte o degrada en azúcares simples. La prueba es tan sencilla como ingerir alguno de esos principios (grasas, almidones o proteínas) en monodieta con el intestino limpio después de un laxante, y analizar las heces después, para comprobar como la cantidad de grasa, de proteína o de almidón de lo que hemos ingerido, es la misma cantidad que la que ha salido.
Por tanto, transformación cero y asimilación cero. Lo único que el organismo reconoce es aquello que puede asimilar. Sin necesidad de transformarlo. Es lógico porque nuestro aparato digestivo es: una máquina diseñada exclusivamente para el consumo de frutas.
Lo que más energía te proporciona es lo que menos te la roba
Y lo que menos te ensucia el organismo. Ya hemos visto que nuestra dieta se basa en comer alimentos no fisiológicos, irreconocibles por nuestro aparato digestivo. Dentro de los alimentos no fisiológicos, aquellos que se sitúan en el top 10 de nuestras fuentes de energía más calóricas: cereales, tubérculos, vegetales amiláceos crudos y derivados (productos hechos con harinas, etc). Es decir: trigo, cebada, centeno, arroz, maiz, avena, mijo, quinoa, teff, trigo sarraceno, patatas, batatas, calabacín, brócoli, zanahoria, calabaza... y todos sus derivados como panes, pastas, galletas, tostas... A todos ellos vamos a llamarles Almidón ya que es el principio que más contienen. Y vamos a dejar fuera las frutas y los vegetales que no contienen almidón, y a los vegetales que contienen muy poquito almidón (calabacín, brócoli, zanahoria, calabaza) vamos a sacarlos fuera del grupo de los almidones siempre y cuando transformemos, esta vez sí – mediante procesos de cocción suave fuera del organismo- todos sus almidones en azúcares simples que además, sí son reconocibles y asimilables por nuestro aparato digestivo.
Cuando el organismo recibe este tipo de "comestibles" (e independientemente de su carga glucémica, asimilación rápida o lenta, etc) no los reconoce como alimento, ya que hemos dicho que el aparato digestivo exclusivamente reconoce azúcares simples. Entonces los trata como un tóxico y se dispone a eliminarlos. Entonces gasta Energía Vital (Vitalidad) en procesarlos para eliminarlos, que es energía que perdemos.
- en la gestión de los residuos que producen (gases y tóxicos venenosos derivados de sus fermentaciones)
- en defendernos de ellos (creamos mucosidad, también llamada leucocitosis digestiva).
Lo cual se traduce en que ingerir esos alimentos no es un aporte de Energía sino todo lo contrario, gestionar estos supuestos alimentos energéticos nos roba energía, y como además no son nuestro alimento ideal, al defendernos de ellos ensuciamos el cuerpo, intoxicándolo. Sobretodo cuando los consumimos mezclados con otros principios (proteínas y grasas) como habitualmente sucede, porque "hay que comer de todo".
Si el consumo de estos "comestibles" nos hace sentir bien, es simple y llanamente porque al poner toda nuestra energía en ese proceso "digestivo" por llamarlo de alguna manera, dejamos de poner energía en los procesos de eliminación y cesa el malestar que conllevan, malestar al que habitualmente llamamos "hambre". Si a más alimento "energético" tuviésemos más energía, las personas obesas estarían muy enérgicas y sin embargo es todo lo contrario. También se nos explica que "si comes más calorías de las que quemas engordas, si comes menos, adelgazas, porque el cuerpo acumula el exceso". Esto tampoco sucede así, sino nadie estaría gordo gracias a las dietas hipocalóricas (que fracasan en la mayoría de las ocasiones). De igual modo también hay muchas personas que comen bastante más calorías de las que supuestamente gastan y sin embargo están delgadas.
¿Viviendo de las Reservas?
Con esto llegamos a la teoría inventada de la vía secundaria de obtención de Energía: las grasas e incluso las proteínas. Es decir, cuando se agota el glucógeno acumulado en músculos e hígado, supuestamente procedente de los carbohidratos nos dicen que entonces el cuerpo tira de sus reservas creadas por la ingesta de grasas y proteínas. Si esto fuera así, entonces las personas obesas, con grandes reservas de grasa, podrían ayunar por muy largo tiempo y vivir de sus reservas, y sin embargo, es justo al contrario, los grandes ayunadores precisamente son personas delgadas (faquires, hindúes, yoguis). Ni el exceso de carbohidratos se transforma en grasa, ni las reservas de grasas se "queman" después transformándose en azúcares simples para obtener una vía de obtención de energía secundaria (gluconeogénesis). Otra cosa es que de nuestros propios residuos y elementos químicos en el organismo, seamos capaces de sintetizar, todo aquello que necesitamos. Como hacenel resto de especies del planeta.
La energía ni si quiera se obtiene de los Azúcares Simples
Y todo esta mitología no funciona porque se parte de la base errónea de que: la energía sale de los azúcares simples! Hemos dicho que los azúcares simples es lo único que podemos asimilar a nivel celular, bien, pero no tienen una función Energética, sino que tienen la función que siempre se le ha atribuído a la proteína. Que es construir tejidos, reparar. Pero para poder asimilarlos hemos de tener un intestino limpio, un cuerpo bastante desintoxicados. Sino estaremos manteniendo nuestros tejidos por "anabolismo" mientras todos nuestros procesos de eliminación están frenados. No es de extrañar que una gran masa de humanos se estén "manteniendo con vida" gracias a la ingesta abusiva de azúcar, incluso refinada. Ya que del resto de "elementos" que colocan en sus intestinos no están asimilando nada.
Entonces ¿de dónde sacamos la energía?
¿Cuánto tiempo puedes estar sin comer? Si nunca has hecho la prueba, te respondo: el ser humano medio "sano" puede aguantar hasta 30 ó 40 días sin comer. Ahora piensa ¿cuánto tiempo puedes estar sin respirar? Muy poco, tenemos una capacidad asombrosa de obtener toda la energía que necesitamos del aire puro (oxígeno, nitrógeno atmosférico y más elementos indispensables para la vida). Alimento proveniente del infinito. Es por esto que durante los ayunos correctamente realizados no se experimenta ningún descenso de energía, sino todo lo contrario, sobretodo en personas que no tienen grandes reservas de tejido adiposo.
¿Cómo es posible esto? ¿Tener más energía sin comer que comiendo?
La fórmula REAL del Metabolismo Humano
Esto es posible teniendo en cuenta que la energía real se aprovecha mejor en un cuerpo limpio. Pero estamos muy intoxicados para poder experimentar eso todavía. La formula de la Vitalidad o de la Energía Vital, sería la siguiente:
V = P – O
Donde V es Vitalidad, o Energía Vital. P es Poder (una incógnita que ahora desvelaremos) y O es la Obstrucción (nuestro taponamiento, constipación, o toxemia)
V aumenta (tenemos más energía vital) cuando O disminuye (a medida que removemos y eliminamos la obstrucción de nuestro organismo)
¿De dónde estaríamos sacando actualmente la Vitalidad con nuestros cuerpos Obstruidos?
A expensas de P, es decir, estamos forzando a un cuerpo sucio y obstruído a sacar energía del Poder de la presión del Aire, y para ello necesitamos estimulantes del sistema nervioso, excitantes, que muchas veces conseguimos a través de la comida, por ejemplo, abusando de la proteína.
El Metabolismo rápido / lento
También nos hablan de que en función de cada persona, hay un tipo de Metabolismo (rápido, lento) y que esto justifica el tener que tomar alimentos calóricos cada poco tiempo, etc. Sin embargo, al remover cuidadosamente la obstrucción de estos organismos, sorprendentemente cambia su metabolismo! Por tanto no se trata de tener un metabolismo o una genética, sino de que en un organismo altamente intoxicado que aprovecha cada momento en que no hay digestión para eliminar su toxemia, hay malestar, a dicho malestar le llamamos hambre porque el subconsciente sabe que se calma con... comida. Por tanto nos inventamos que hay personas que tienen que comer "calorías" cada poco tiempo y así mantenemos sus procesos de eliminación parados. Pero la obstrucción y la intoxicación siguen su curso. Y siguen sin ser removidas. Por muy sano que se coma (en 5 – 7 tomas al día que mantienen paralizados los procesos de desintoxicación).
Retornar a la Dieta Original
¿Significa esto que la solución sea ponernos a comer sólo Frutas y Hierbas y eliminemos de la dieta los almidones, las grasas y la proteína? No. Eso es una mala idea, porque estaríamos forzando una máquina sucia, obstruída, a trabajar con el mejor combustible. Estaríamos poniendo alimento ideal, depurativo, disolvente y vitalizante, en un cuerpo que debido a su toxemia ya está muy lejos de ser el cuerpo ideal. Primero hemos de remover la obstrucción y esto requiere de un sistema lento y largo que permita hacerlo suavemente, sin poner en peligro los órganos y llevando nosotros las riendas de la velocidad de la eliminación de dicha obstrucción. Y dentro de ese sistema -aunque NUNCA como aporte de nutrientes- sino como elementos frenadores de los procesos de la eliminación sí tendría sentido el uso estratégico, bien combinado y ordenado, de pequeñas cantidades de grasa, almidón o proteína. Veremos cómo en el siguiente módulo.
El peligro del Almidón
De todas las sustancias presentes en esos "comestibles" altamente energéticos y caloríficos como los carbohidratos, cereales, tubérculos... el más peligroso de todos es el almidón. Que si bien tampoco se asimila, y roba mucha energía vital para ser gestionado y eliminado, genera mucosidad y además de la mucosidad generada por el propio organismo (leucocitosis) nos aporta una mucosidad extra como buen amiláceo, dejando dentro de nuestros intestinos su propia pegajosidad. Hay algunas "dietas" que ya se han dado cuenta de esto (paleo, atkins, dukan) y han retirado de forma drástica y radical, sin tener en cuenta el resto de factores, y fuera de ningún sistema de depuración física, los cereales, harinas, tubérculos y derivados (e incluso las legumbres). Por supuesto son dietas que tampoco funcionan a largo plazo. Aunque a corto plazo den mejores resultados que la dieta omnívora o incluso que la vegetariana y temporalmente alivien síntomas, o parezca que resuelven ciertas enfermedades. Son "pan para hoy, hambre para mañana". En tanto que cometen otro error garrafal que es utilizar como elemento frenador de su eliminación a la proteína en cantidades abusivas (acidificante y mucoproductora, aunque en menor medida) y a las grasas (acidificantes), en paralelo además, generan una desnutrición importante por falta de lo único que se asimila: azúcares simples. De hecho es muy común mientras se están practicando estas dietas sentir hambre de azúcares, ganas de comer cereal, y estar en constante cetosis hasta llegar a la cetoacidosis en los casos en que se persiste.
¿Y las dietas alternativas más sanas?
Incluso las corrientes alternativas de alimentación natural (vegetarianas, veganas, alimentos vivos... ) que se prometen más saludables siguen basadas en estas teorías obsoletas de nutrición. Insistiendo en que el consumo de alimentos no fisiológicos como los cereales, las legumbres, los frutos secos, las semillas... son necesarios y se asimilan.
Y decimos obsoletas porque Arnold Ehret en Sistema Curativo por Dieta Amucosa y en Ayuno Racional, ya avisó hace más de 100 años de que la fórmula de la VIDA era otra bien distinta: V = P - O

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